Voy a contaros la historia de Romeo y Julieta. Aunque el original del
escritor inglés William Shakespeare es mucho mejor, y antes o después os
recomiendo que la leáis, voy a hacer un breve avance.
Había en
Verona dos familias, los Capuleto y los Montesco. Desde generaciones se
odiaban a muerte y siempre que podían se provocaban y se masacraban
entre sí a pesar de los esfuerzos de los príncipes por evitar semejante
descontrol. Se odiaban porque sí y no había modo de tranquilizarlos para
que entraran en razón.
Un día, los Capuleto organizaron una fiesta, y
a Romeo, jovencísimo e hijo único de los Montesco, se le ocurrió que
debían ir. Siempre con un antifaz por supuesto. Romeo y un par de amigos
y primos se presentaron en palacio y nadie notó su presencia. Fue
entonces, cuando Romeo vio entre las bellas mujeres una muy especial de
la que se enamoró rápidamente: Julieta, la hija única de los Capuleto.
Romeo
no pudo evitar acercársele y susurrarle palabras de amor al oído con lo
que Julieta quedó prendada instantáneamente de aquel joven desconocido.
A
partir de ahí, gracias a la intermediación de la comprensiva nodriza de
Julieta, Julieta y Romeo pudieron verse a escondidas a pesar de que los
padres de Julieta querían prometerla en matrimonio con un señor que no
era muy del gusto de Julieta. Pero en aquellas épocas, las cosas se
hacían así.
En el ínterin, las trifulcas entre Montescos y Capuletos
continuaban en plena calle, y Romeo sin querer asesinó al primo más
querido de Julieta. El Príncipe compareció y decidió que Romeo debía ser
expulsado de Verona. Antes de eso, los dos secretos amantes fueron a
ver al párroco de la ciudad a contarle sus cuitas y solicitar consejo, y
a éste no se le ocurrió mejor idea que preparar un brebaje que al
beberlo te hacía parecer como muerto. Lo preparó sin que Romeo supiera
nada y mientras éste estaba fuera se lo entregó a Julieta que en seguida
se lo bebió. Con gran dolor de toda su familia, sepultaron a la joven
hija en el panteón familiar no sin derramar amargas lágrimas. Al mismo
tiempo un mensajero bien asesorado por el pastor fue en busca de Romeo
para decirle que podría unirse a Julieta en cuanto ésta despertara, pero
el infortunio quiso que el mensajero llegara tarde. Romeo llegó antes a
la tumba de Julieta y al creerla muerta, como no quedaba ni gota del
brebaje mágico, se clavó una daga. Al despertarse Julieta y ver a su
lado a su amante, realmente muerto, se clavó ella misma la misma daga.
Fin.
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