Mariposa lindamariposa hermosadime de donde eresy te regalo una rosa
Un soneto me manda hacer Violante,que en mi vida me he visto en tal aprieto;catorce versos dicen que es soneto:burla burlando van los tres delante.
Cuando en mis manos, Rey eterno, os miroy la cándida víctima levanto,de mi atrevida indignidad me espantoy la piedad de vuestro pecho admiro.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Esa color de rosa y azucena,y ese mirar sabroso, dulce, honesto,y ese hermoso cuello, blanco, enhiesto,y boca de rubís y perlas llena; la mano alabastrina, que encadenaal que más contra amor está dispuesto,y el más libre y tirano presupuestodestierra de las almas y enajena; esa rica y hermosa primaveracuyas flores de gracias y hermosuraofendellas no puede el tiempo airado son ocasión que viva yo, y que muera, y son de mi descanso y mi venturaprincipio y fin, y alivio del cuidado.
Peso poco en tu vida, casi nada,como un leve rumor, como una brisa,como un sorbo de fresca limonadabebido sin calor y a toda prisa.No adelanto el compás de tu pisada,ni distraigo la salve de tu misa,y en tu frente de nardo desveladono llego ni a recuerdo ni a sonrisa.Y en cambio tú eres todo, mi locura,mi monte, mi canción, mi mar templado,el pulso de mi sangre, la llanuradonde duermo sin sueño ni pecado,y el andamio en que apoyo con ternuraeste amor que nació ya fracasado.
Cabe la vida entera en un sonetoempezado con lánguido descuido,y, apenas iniciado, ha transcurridola infancia, imagen del primer cuarteto.
Mariposa linda
ResponderEliminarmariposa hermosa
dime de donde eres
y te regalo una rosa
Un soneto me manda hacer Violante,
ResponderEliminarque en mi vida me he visto en tal aprieto;
catorce versos dicen que es soneto:
burla burlando van los tres delante.
Cuando en mis manos, Rey eterno, os miro
ResponderEliminary la cándida víctima levanto,
de mi atrevida indignidad me espanto
y la piedad de vuestro pecho admiro.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEsa color de rosa y azucena,
ResponderEliminary ese mirar sabroso, dulce, honesto,
y ese hermoso cuello, blanco, enhiesto,
y boca de rubís y perlas llena;
la mano alabastrina, que encadena
al que más contra amor está dispuesto,
y el más libre y tirano presupuesto
destierra de las almas y enajena;
esa rica y hermosa primavera
cuyas flores de gracias y hermosura
ofendellas no puede el tiempo airado
son ocasión que viva yo, y que muera,
y son de mi descanso y mi ventura
principio y fin, y alivio del cuidado.
Peso poco en tu vida, casi nada,
ResponderEliminarcomo un leve rumor, como una brisa,
como un sorbo de fresca limonada
bebido sin calor y a toda prisa.
No adelanto el compás de tu pisada,
ni distraigo la salve de tu misa,
y en tu frente de nardo desvelado
no llego ni a recuerdo ni a sonrisa.
Y en cambio tú eres todo, mi locura,
mi monte, mi canción, mi mar templado,
el pulso de mi sangre, la llanura
donde duermo sin sueño ni pecado,
y el andamio en que apoyo con ternura
este amor que nació ya fracasado.
Cabe la vida entera en un soneto
ResponderEliminarempezado con lánguido descuido,
y, apenas iniciado, ha transcurrido
la infancia, imagen del primer cuarteto.